domingo, 20 de novembro de 2016

Com Temer e Meirelles economia encolhe; o acumulado indica queda de 5,23%

Sob o comando do presidente sem voto Michel Temer e seu fiel ministro Henrique Meirelles, a economia brasileira computa o sétimo trimestre seguido de queda do Índice de Atividade Econômica da autoridade monetária (IBC-Br), o recuou foi de 0,78% no terceiro trimestre .
Nos últimos 12 meses, o IBC-Br mostra uma queda de 5,23%. Os números do BC traduzem bem o cenário de instabilidade que se instalou no Brasil com a crise política inflada para se alcançar o impeachment. Na opinião de analistas econômicos, a aposta é que o dado oficial do Produto Interno Bruto (PIB) deve mostrar uma retração de 0,7% no terceiro trimestre e deve contaminar o ano que vem por causa do efeito estatístico.

IBGE revisa PIB de 2014 para alta de 0,5%

Desmentindo diversas manchetes da época e comprovando que a crise brasileira foi fabricada, o Instituto Brasileiro e Geografia e Estatística (IBGE) revisou números do PIB em 2014. Os dados mostram que o que mais contribuiu positivamente para a revisão para cima foram os setores da agropecuária e serviços, este último impactado pelo consumo das famílias. "O principal fator que contribuiu para a revisão foi o crescimento da despesa de consumo das famílias, que foi revisado de 1,3% para 2,3%”, destacou Cristiano Martins, economista da Coordenação de Contas Nacionais do IBGE, em entrevista à imprensa. Na análise dos setores da economia, a agropecuária foi o que registrou a maior revisão para cima – de 2,1% para 2,8%. Serviços também foi revisado para cima, passando de 0,4% para 1%. Já a queda na indústria foi mais acentuada que a divulgada anteriormente, passando de -0,9% para -1,5%. A gente observa que nos três últimos anos há uma desaceleração no crescimento do PIB. O último crescimento forte foi em 2010, último ano da gestão do presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quando cresceu 7,5%", destacou Martins.

 Portal CTB – Joanne Mota, com informações do O Globo. Criado: 18 Novembro 2016

terça-feira, 15 de novembro de 2016

XXXI Congreso ALAS Uruguay 2017

XXXI Congreso ALAS Uruguay 2017 xxxi4 CONVOCATORIA La sociología cuenta con una larga tradición en el pensamiento social latinoamericano, que se nutre de los aportes de sus fundadores y de todos aquellos que han desarrollado su actividad en este continente. Su desarrollo es producto de los avances técnicos y metodológicos, de la producción teórica y de las luchas políticas y sociales que han tenido lugar en nuestras sociedades y universidades en el último siglo. En este recorrido ha alcanzado una fortaleza institucional que hace posible el desarrollo de un espacio de pensamiento social y de una disciplina rica, diversa y pluralista en términos teóricos y metodológicos. Las sociólogas y sociólogos han hecho y hacen grandes aportes científicos junto con su compromiso personal en la lucha por un mundo mejor. Los cambios recientes en la región muestran tendencias contradictorias; por un lado, la persistencia de viejas herencias del desarrollo latinoamericano, marcado por sociedades duales con contradicciones estructurales, desigualdades económicas y formas de dominación simbólica y cultural de pueblos, grupos y colectivos subalternos; por otro lado, la emergencia de nuevos espacios de empoderamiento de sujetos colectivos y grupos sociales postergados, de participación ciudadana y políticas públicas afirmativas y distributivas. Las dos primeras décadas del siglo XXI encuentran a nuestro continente una vez más signado por ciclos de crisis y búsqueda de desarrollos alternativos en un contexto global convulsionado por el acelerado avance del capitalismo y los fuertes cambios en la geopolítica mundial. Estos procesos contradictorios tensionan la sociedad, la política y la economía de nuestros países y territorios, produciendo efectos perversos debido a su crecimiento acelerado que profundiza las desigualdades, produce exclusión, violencia y destruye los recursos naturales y los patrimonios colectivos, poniendo en riesgo la vida de las próximas generaciones. A lo largo del continente se conforman nuevas organizaciones y movimientos sociales que se consolidan y avanzan en el reconocimiento de sus reclamos, en su capacidad propositiva, de denuncia y de resistencia cuando las circunstancias históricas lo reclaman. Asimismo, estas acciones se multiplican a través de redes regionales y globales que permiten potenciar sus esfuerzos y difundir y denunciar las distintas situaciones que aquejan a nuestras sociedades. En este marco contradictorio, de tensiones y conflictos en varios países de la región, el Estado, en algunos países, ha recuperado protagonismo y ha mostrado intentos para encaminar, con diferente grado y vigor, reformas sociales con políticas públicas inclusivas de promoción de derechos. Estas reformas lograron mejorar la situación de partida de numerosos grupos sociales, sacando de la pobreza y la exclusión a millones de latinoamericanos y latinoamericanas. No obstante, persisten profundas desigualdades sociales y crece la disconformidad en diversos sectores de la población respecto a la insuficiencia de estos cambios sociales, planteando la necesidad de profundizar la democratización de nuestras sociedades y los estilos de desarrollo implementados. En otros países, la continuidad de los modelos de cuño neoliberal han profundizado a niveles impensables la miseria, la violencia y la corrupción, derrumbando los pilares básicos de la vida social y destruyendo los lazos de sociabilidad inherentes a la convivencia democrática. En este escenario, han emergido vigorosos debates en el pensamiento social y sociológico latinoamericano, que han fortalecido sus compromisos históricos de emancipación y rigurosidad científica, aportando en variadas dimensiones y planos nuevos enfoques, perspectivas y alternativas para comprender los múltiples desafíos y oportunidades a las que se enfrentan nuestras sociedades. En este escenario convocamos a la sociología del continente, al más amplio debate sobre nuestra América Latina, sus desafíos actuales y sus alternativas, asumiendo nuestro compromiso con la búsqueda y construcción teórica y metodológica necesaria para la comprensión de los nuevos escenarios, para los cambios en pos de mejores vidas para nuestros ciudadanos. Con la realización de este Congreso y a la luz de la constelación de tensiones señaladas, nos proponemos contribuir al fortalecimiento de la disciplina, de su espíritu crítico y de su reflexión activa. De esta forma, queremos reafirmar en este evento el compromiso de miles de intelectuales en la construcción colectiva de nuevas formas de abordaje de los problemas sociales, abriéndonos a la riqueza de contribuciones con que cuenta nuestro colectivo a lo largo y ancho del continente. De esta forma, podremos enfrentar con mayor vigor la lucha por la justicia y la igualdad en el continente, comprendiendo la complejidad de tal objetivo en el marco del respeto a la diversidad y pluralidad de nuestros pueblos. Los esperamos en Montevideo en 2017. Calendario Congreso ALAS 2017 19 de Diciembre de 2016 – Cierre de recepción de resumen 7 de Abril – Comunicación de Evaluación de resumen 1 de Junio – Cierre de postulación de paneles 15 de Julio – Pagos bonificado 1 1 de Agosto – Comunicación de Evaluación de Paneles 10 de Setiembre – Envío de Ponencia Completas 15 de Octubre – Pago bonificado 2 3 de Diciembre – Inicio del Congreso Grupos de Trabajo Ver los grupos de trabajo aquí. Correo de contacto: secretaria.alas2017@cienciassociales.edu.uy Correo de contacto: http://alas2017.com/

domingo, 6 de novembro de 2016

Frente Ampla: quem, como, por quê?



5 de Novembro de 2016
(originalmente publicado no blog Demodé, do Grupo de Pesquisa sobre Democracia e Desigualdades)
Desde que ficou configurado o golpe no Brasil, muitos setores das esquerdas falam na formação de uma Frente Ampla. Há uma vaga inspiração uruguaia, país em que as forças políticas da centro-esquerda em diante conseguiram construir uma unidade duradoura, a despeito de suas diferenças, e em que ocupam a presidência já por três mandatos, com alguns ganhos notáveis, como a legalização do aborto (mas um registro bem mais ambíguo em outras pautas).
A conversa difusa sobre a Frente Ampla, que vemos em entrevistas de intelectuais, em artigos de imprensa e nas redes sociais, até agora parece ter rendido muito pouco, ou mesmo nada, em termos de articulação concreta. As eleições municipais mostraram os partidos à esquerda perdidos em suas brigas internas, mais preocupados em acusar uns aos outros pela ausência de unidade do que em construir as condições de uma ação em comum. Diante do desastre absoluto que as urnas trouxeram, petistas encontraram consolo nas derrotas dos psolistas e vice-versa. De maneira geral, as lideranças da esquerda brasileira se mostram muito aquém do que nosso momento histórico exigiria. Ainda assim, é com elas que temos que trabalhar, enquanto novas – espera-se – vão surgindo.
Talvez nem fosse necessário dizer, porque o nome é autoexplicativo, mas a ideia da Frente Ampla é congregar um conjunto de visões diferentes, num espectro alargado, que comunguem de um programa básico. No momento, trata-se certamente de um programa para retomar a vigência de instituições democráticas mínimas e para estancar o retrocesso nos direitos individuais e coletivos. É, a meu ver, um programa capaz de congregar diferentes matizes de socialistas, comunistas, social-democratas, autonomistas, feministas, ecologistas. E de promover também a adesão de liberais – quer dizer, liberais autênticos, preocupados com os direitos e com as possibilidade de exercício da ação autônoma, não os fascistoides ou neofeudais que hoje muitas vezes se escondem detrás de um liberalismo de fachada.
Ficam de fora aqueles que, por mais que também incorporem a expressão “Frente Ampla” em seu discurso, continuam a exigir certificados de pureza e vetam a participação de quem fez isso ou aquilo, se aliou com fulano ou beltrano ou, de maneira mais geral, “conciliou” em algum lugar do passado. É o caso do PSTU, que já se coloca mesmo à margem, mas também de certos grupos dos quais se pode dizer que saíram do PSTU, mas o PSTU não saiu deles. Frente Ampla é festa estranha, com gente esquisita, logo não serve para quem é demasiado seletivo. Se a ideia é juntar, digamos, dos trotskistas a Claudio Lembo, certamente vamos encontrar alguns espécimes que não são da nossa preferência – o que, como diria o hoje esquecido sábio Kleber Bambam, “faz parte”.
Mas também ficam de fora, certamente, aqueles que fingem não entender que a formação de uma Frente Ampla é a demarcação de uma linha divisória – no caso, entre quem apoia e quem não apoia o golpe e seus desdobramentos. Há quem fale em Frente Ampla para se cacifar nas velhas negociações de sempre com os partidos da direita, jogando o jogo da barganha política como se não tivéssemos sofrido a ruptura que sofremos em nossa democracia. Para, quem sabe, conseguir mais cargos na mesa diretora presidida por Rodrigo Maia. São aqueles que não enxergam outro mundo além da política tradicional, às vezes simples oportunistas, às vezes viciados pelos anos de acomodação aparentemente exitosa (só que não).
A primeira exclusão é necessária para que não cheguemos à verdadeira contradição em termos que seria uma Frente Ampla, porém restrita. A segunda, para que a confluência de forças com a plataforma mínima comum de combate ao retrocesso político e social não acabe por contribuir para uma conformação ao regime que se instala. Ainda assim, é possível esperar que se direcionem para a Frente parcelas significativas do PSOL, do PT e de outros partidos da esquerda e da centro-esquerda, na medida em que suas lideranças tenham maior clareza dos desafios do momento.
Mas uma Frente Ampla no Brasil de hoje não pode ser pensada apenas ou mesmo prioritariamente em termos de partidos. Deve ser capaz de agregar uma multiplicidade de organizações e movimentos populares, que formam a base sem a qual nenhuma resistência à nova ordem é possível. A Frente Ampla deve ser um instrumento para coordenar as ações destes movimentos e dotá-los de uma pauta unificada mínima – não absorvendo-os, mas dialogando com eles, o que implica ser capaz de produzir uma relação mais horizontal entre partidos e movimentos, na contramão do aparelhamento que é a marca de muito da prática das organizações de esquerda. A ideia de uma pauta unificada mínima, porém, indica a necessidade de estabelecer um projeto com alguma densidade, compreendendo que a fragmentação reivindicatória atual, que pode ser uma demonstração da vitalidade das energias contra-hegemônicas, torna-se um ponto fraco quando não há uma plataforma que as articule.
O protagonismo concedido aos movimentos decorre da constatação de que não é possível pensar que essa Frente terá como principal objetivo disputar eleições – um instrumento cuja efetividade foi conspurcada pelo golpe e que, mesmo antes, sempre representou um terreno de luta particularmente adverso. A resistência que vier das ruas há de se espelhar nas urnas – mas nessa fórmula, o polo dinâmico, que imprime a direção, está sempre nas ruas.
(5 de novembro de 2016.)
Fonte: Brasil 247
Link: http://www.brasil247.com/pt/colunistas/luisfelipemiguel/264042/Frente-Ampla-quem-como-por-qu%C3%AA.htm